lunes, 4 de diciembre de 2017

Manzanares el Real, ruta 20 Las Pirámides 2017 desde El Berrueco, por el Jaralón, PR-M 1 Y GR-10

Manzanares el Real, Cordel de Prado Herrero, El Jaralón, Peñas Sordas, Las Pirámides, La Cara, PR-M 1, Senda de la Rinconada, La Gran Cañada, GR-10, Cordel de La Pedriza, La Raja, Arroyo de Santillana.


M A P A      P E R F I L      F O T O S      Track KML      W I K I L O C      Análisis IBP

Tipo de Ruta: Circular      Dificultad: Alta (IBP:89)     Recorrido: 13,4 km      Ciclable: NO

Tiempo total: 6:20 horas      Tiempo estimado: 5:30 horas  Altitud mínima: 941 metros   

Altitud máxima: 1599 metros   Desnivel positivo: 812 metros   Desnivel negativo: 810 metros

Desnivel acumulado: 1622 metros      Fuentes: NO      Sombras: 5%

Recomendada: evitar con nieve o hielo      Realizada: 04-12-2017     Señalizada: NO 



Descripción:
Enterados de la existencia de unas pirámides en la parte oriental de La Pedriza Anterior, no hemos tardado en trazar una ruta para verlas, andar un corto trozo del intrincado sendero del PR-M1, y regresar por el nuevo trazado del GR-10, que comparte camino con el Cordel de La Pedriza.
El “campamento base” lo situamos en la bifurcación del Cordel de Prado Herrero, situada pasada la finca de El Berrueco o “El Canto Chonina” según el letrero situado en la puerta, donde dejamos los vehículos.

Partimos a las  09:16h en dirección Norte, siguiendo la vía pecuaria y el antiguo trazado del GR-10. Traspasamos un portillo y cruzamos el Arroyo de Santillana (0,82km); dejando de lado “el cordel” y continuando por un camino con buen firme; que pasa junto a una granja, con un letrero indicando que estamos en el Monte de Las Pedrizas, El Rincón y el Jaralón,   

El camino/pista lo va rodeando y llegamos a otro desvió (1,67km); de frente lleva a una cantera clausurada y prosigue el antiguo recorrido del gran sendero. Nosotros perseguimos la vía que parte a la izquierda y se adentra en el monte. Superada una vivienda a nuestra derecha (2,12km), dejamos el camino y nos vamos en el mismo sentido para ver la gran herida que la cantera de gneis ha dejado en la tierra. 

Un gneis es una roca formada en un proceso de metamorfismo regional de grado medio-alto, estando asociado a grandes superficies de la corteza terrestre, relacionado normalmente con la formación de montañas y zonas de subducción. Su uso es variado comprendiendo desde la decoración de interiores, encimeras, piedra de construcción y áridos decorativos.

Regresamos a la pista y avanzamos hasta una valla (3,19km). Torcemos a la diestra y progresamos sin senda, cercanos a la alambrada; persiguiendo un rastro de hitos y confirmando con el GPS, hasta encontrar el lugar apropiado para traspasarla.

Continuamos ascendiendo, salvando obstáculos, aunque ninguno de gran importancia. La zona esta despejada y se anda bien. De manera que sin darnos cuenta estamos en un pasillo natural, cruzando Peñas Sordas y viendo una enorme explanada de frente, donde suponemos que esta nuestra primera meta. Alcanzado este enorme llano (1:50h - 4,22km – 1.444m), estamos junto a una de las pequeñas pirámides

Un gran hito de piedras, formado a imagen y semejanza de las pirámides de Egipto. Es merecido agradecer, el trabajo realizado en levantar estos cuerpos geométricos; de aproximadamente  dos metros de lado, dando a este espacio un aire enigmático.

Cumplido el principal objetivo y tomadas las obligadas fotos, incluida la del grupo. Nos encaminamos en busca de Las Cuatro Damas y La Cara. Desde aquí si que recorremos una senda suficientemente visible, disponiendo de mejores vistas de La Pedriza Posterior y hasta de La Bola del Mundo. Después de mil metros andados, logramos estar al pie de las piedras características (2:35h - 5,19km – 1.566m). Pasan de las doce y hace un sol que reconforta, nos acomodamos y nos trajinamos los bocatas, ayudado de un vinito y finiquitando el festín, con café y chocolatinas.

Puestos en pie, damos una mirada, para ver que no olvidamos nada y nuevamente en marcha; en dos zancadas pisamos el PR-M1. Lo seguimos a izquierda, pasando entre Los Fantasmas (a la diestra) y El Acebo (a la siniestra), conquistando la máxima altura sobre los (5,52km – 1.600m), coincidiendo con la primera bifurcación (5,57km); que de frente sigue hacia El Yelmo. 
Nosotros continuamos ya en sentido Sur, como lo haremos en los dos siguientes desvíos; pues en ambos, la senda de la derecha conduce al Yelmo.

Después de la tercera ramificación (6,12km), el itinerario del PR-M 1, es conocido igualmente como Senda de la Rinconada o Senda Maeso. El tramo hasta la Gran Cañada es tortuoso y algo difícil, pero bien señalizado; gracias a los voluntarios que participaron con la Federación Madrileña de Montañismo.

Superado este trecho, aterrizamos en el Cordel de la Pedriza y GR-10 (4:35h – 7,6km - 1275m) –conocido por todos como, La Gran Cañada- una enorme “pradera” de kilómetro y pico; entre la Senda Carboneros y la Senda Maeso <PR-M1>

Tras reagrupado el grupo y habernos hidratado, perseguimos el nuevo trazado del GR-10, hacia el Este. A izquierda dejamos Peñas Cagadas; donde vemos dos escaladores, avanzar en su pared vertical. Luego de un pequeño remonte, dejamos a la derecha el Cancho Pilar y afrontamos la segunda y última gran bajada que nos deja en el Arroyo del Recuenco (9,94km – 941m), punto mas bajo de la ruta. 

Un par de subidas y bajadas nos acerca a una finca por la izquierda (11km), con una pequeña alambrada. Dado que algunos integrantes no han visto La Raja, y solo estamos a menos de doscientos metros, no se les va a presentar mejor ocasión.

Esta hendidura, al igual que la anterior es otra tajada que le quitaron al terreno, para extraerle en esta ocasión, el preciado pórfido, que contenía en su interior. En este caso, la raja esta dividida en dos tramos, a los cuales se puede acceder. Siendo la segunda la más conocida, por ser lugar de práctica para escaladores noveles.

Retornamos al camino del gran sendero, vadeamos otra vez el Arroyo de Santillana y pasamos por la puerta de entrada a la finca Los Aljibes; que contiene un yacimiento visigodo (siglo VI-VII) y una cueva con pinturas rupestres de la Edad del Bronce.

Finalmente volvemos al Cordel de Prado Herrero, dando por terminada la excursión. Aunque hemos invertido seis horas y 20 minutos, lo cierto es que se puede realizar en el entorno de las cinco horas.

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