miércoles, 25 de enero de 2017

Colmenar Viejo, ruta 03 Puente de la Marmota 2017 Canal de Santillana, río Manzanares

ctra M-618, Puente del Grajal, Río Manzanares, Arroyo de Navarrosillos, Arroyo de Cerro Negro, Puente de la Marmota, V.P. Cordel de Valdeloshielos, Alto de la Marmota, V.P. Cordel de la Marmota


M A P A      P E R F I L      F O T O S      Track KML      W I K I L O C      Análisis IBP

Tipo de Ruta: Circular   Dificultad: Media (IBP: 48)   Recorrido: 15,1 km   Ciclable: NO

Tiempo Total: 5:54 horas     Tiempo en Movimiento: 3:51 horas      Altitud mínima: 640 metros  

Altitud máxima: 796 metros    Desnivel positivo: 645 metros    Desnivel negativo: 645 metros

Desnivel acumulado: 1290 metros      Fuentes: NO      Sombras: 10%     

Recomendada: de otoño a primavera      Realizada: 24-01-2017      Señalizada: NO


Descripción

Nos damos cita cuatro componentes del GsTa (grupo de senderismo); Fernando, Jose Luis, Paco y el que suscribe. Para hacer una ruta por el canal de Isabel II y el Río Manzanares, desde la ctra M-618, km: 6,85, en el cruce de esta con el río. 

La elección de esta ruta sirve para que Fernándo que procede de Burgos, conozca la carretera entre Hoyo de Manzanares y Colmenar Viejo, sobre todo, las curvitas en el cruce con el Río Manzanares.
Jose Luis conduce el coche con prudencia, para llegar al pequeño aparcamiento, situado entre la carretera y la Presa del Grajal. Estamos a 770m, y comienza la sesión de fotos con el Puente del Grajal.

Sin fecha determinada aunque alrededor del siglo X, esta construido en piedra de granito, encajada en la estructura mediante mampostería, excepto en las dovelas, que están formadas por sillares regulares. Con un solo arco de medio punto, de sillería con tímpano y pretil, solucionados por sillares y sillarejo, y cimentado directamente sobre la roca. Tiene una luz de 10 metros y su tablero mide 3,34 metros de ancho. 

Aunque se cree de origen romano, por haber pertenecido probablemente a una vía transversal al paso del Itinerario de Antonino. Que atraviesa el Puerto de la Fuenfría, uniendo Galapagar con Colmenar Viejo. Entre los siglos IX al XI en época andalusí, formo parte del camino militar que unía; Talamanca del Jarama con el Valle del Tiétar, enlazando las atalayas y ciudadelas fronterizas que componían la parte del sistema defensivo cordobés conocido como Marca Media, para frenar las incursiones de los cristianos del norte. El puente se remodelo durante el siglo XVIII, y alteró en parte su aspecto.

Cruzamos la carretera, que soporta el Puente Nuevo del Grajal de 1895 y descendemos al camino, bajo el que corre el agua proveniente de la Presa de Santillana.

Construida a iniciativa de Joaquín de Arteaga y Echagüe, marqués de Santillana y duque del Infantado, para regular el caudal y alimentar 3 saltos de agua que generarían electricidad, además de llevar agua potable a la zona Noroeste de Madrid. Se inauguro en 1.908, estando el primer salto en la propia presa, el segundo junto al Arroyo de Navallar (único en servicio) y el tercero en el Cerro de la Marmota.

En 1971, ya siendo propiedad del Canal de Isabel II, y como principal utilidad el abastecimiento de agua, se construye una nueva de 40 metros de altura (5 más que la anterior), permitiendo duplicar la capacidad del embalse original (de 47 a 91,2 Hms cúbicos).
Aunque sumergido el primer dique, quedo a la vista la preciosa torre que lo remataba.

Este tramo es un placer andarlo, viendo el barranco por el que discurre el Río Manzanares, donde se ubicaban molinos y batanes que datan del siglo XVII, de los que quedan algunos restos. 
Mientras caminábamos surgió la conversación, de como o cuando se formo esta orografía que ahora vemos, pues para saberlo nada mejor que visitar este enlace, facilitado por Jose Luis.

Cuando el canal se pierde en un tunel (1,42km), seguimos a derecha una autentica senda montañera, que rodea el monticulo y trazando una gran ese, vuelve a pasar junto a la canalización (1,81km), para alejarse definitivamente bajando hasta el Arroyo de Navarrosillos (0,47h – 2,38km). Lo cruzamos (en cierta época del año, puede ser problemático) y subimos hasta la loma, viendo el bonito meandro que dibuja el río en su tranquilo descenso. 


Deambulando por el cerro, me despisto (no se puede hablar tanto) y dejo pasar un primer desvío (4,84km) y además un segundo (4,93km) que tenia previsto para bajar junto al río y ver las ruinas de algo sin identificar, seguramente relacionado con la ganadería.

Pero el error nos sirvió para ver dos hermosos ciervos, que en la distancia nos vigilaban. Les dejamos en paz y enmiendo el descuido girando a derecha y descendiendo hasta el Arroyo de Cerro Negro (1,53h – 5,32km), que acompañamos unos metros en su discurrir hacia el Río. Lo cruzamos y remontamos otra loma, para entroncar (5,75km), con la senda que no debería haber dejado anteriormente. 

Manteniendo la cota salimos al camino (6,25km) que viene de Colmenar Viejo; la seguimos a derecha y logramos nuestro objetivo, llegar al Puente de la Marmota (2,06h – 6,25km – 638m), punto más bajo de la ruta.

¿Y porque este nombre? es la pregunta más frecuentada por los visitantes, pues parece ser debido a la degeneración fonética del término «mamotar», nombre de uno de los cerros cercanos al viaducto por su forma de mama femenina, esta montaña aparece con el nombre Cabeza de Mamotar en documentos y textos medievales. 

El Puente de la Marmota fue realizado entre 1756 y 1758 por orden de Fernando VI (1713-1759). Artífice de diferentes obras de mejora de acceso al Monte del Pardo como; Puerta del Hierro o el Puente de San Fernando. En este caso, se construyó para dar continuidad a la valla de El Pardo, situada en la garganta del Río Manzanares.

Formado por un único arco de medio punto y situado a una altura de 11,5 metros, sus dimensiones son; 45 metros de largo por 4,7 metros de ancho. Siendo lo más característico el estar inclinado sus extremos para poder salvar un cambio de altura del terreno. 

En Septiembre de 2012 se restauro con ayuda del Ejercito de Tierra que facilito un helicóptero para introducir la excavadora y extraer 60 sacas de arena acumulada en su superficie. Viendo el Embalse del Pardo, algunas veces en su ribera hay; jabalíes, ciervos y hasta nutrias.

Nueva sesión de fotos, principalmente entre los profesionales; Paco y Fernando, a los que doy las gracias por sus buenas instantáneas. 

Desandamos unos metros, tomamos una trocha a derecha, salimos a la “VP Cordel de Valdeloshielos”, Mi idea era subir al Cerro de las Mesas, lugar muy frecuentado por avistadores de aves y de aquí salir al camino, pero Paco me da una alegría dirigiéndose hacia el Alto de la Marmota, el ya lo ha pisado y las vistas son extraordinarias. Para mi un picacho más donde voy a dejar mi huella.


Continuamos por la Vía Pecuaria y en la pronunciada curva a derecha, la dejamos para escalar la abrupta pendiente, cruzamos el canal junto al depósito que volcaba las aguas a la Central Eléctrica, bastantes años atrás y alcanzamos la cima y máxima altura de la ruta (7,53km – 791m), nos damos una tregua que aprovechamos para zamparnos los bocatas.

Una última panorámica desde esta atalaya al Embalse del Pardo y Madrid (que apenas se vislumbra por la contaminación), y bajamos hacia el norte, hasta el vacío canal, que nos sirve de guía para volver al camino de Colmenar, que aquí comparte trazado con la “VP Cordel de la Marmota” (8,2km). 


Ahora queda por andar la parte mas “fea” y al mismo tiempo la más descansada, por la que ganando altura llegamos a una bifurcación (9,60km) y un kilómetro después (10,60km), recuperamos la cota de nivel, del Cerro de la Marmota.   

Giramos a izquierda por camino entre muros, saltamos el de la derecha y cruzando las dehesas abordamos otro camino (restaurado recientemente), lo seguimos a izquierda con la vista del sifón del canal a fondo y l
es hago abandonar el placido paseo para saltar una alambradita, y durante los minutos necesarios para hacerlo, denoto indicios en el grupo de rebelión. 

Les convenzo al indicarles el motivo, encontrar un enebro en maceta de piedra, cosa que consigo cuando ya había perdido las esperanzas, cerca del punto en que se inicia el sifón, ha válido la pena, las fotos lo atestiguan.

Y ahora a cruzar otra vez el Arroyo de Navarrosillos (4,30h – 12,2km), en el que depositaba todas mis esperanzas para reconciliarme con la panda, pues lo recordaba con menos dificultad, de la que nos encontramos; habrá que tener en cuenta la estación, para futuros paseos. 
Aquí ya me lanzan puñales con la mirada; en fin manos a la obra, arrimo unas piedras y lo salvo. Y el grupo no deserta porque no les queda otra opción. Desde el otro lado Paco, aporta su granito de arena o mejor dicho, su peñasco; que es mucho mejor en este caso. 

Remontamos hasta el sifón, fotos y a proseguir que se hace tarde, aceleramos el paso llaneando por encima de la canalización, exceptuando dos pequeñas subidas con su correspondientes bajadas y regresamos al punto donde nos separamos esta mañana. 
Desandamos el sereno camino y concluimos la ruta.     

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